Lo que aprendí del dolor
Sinopsis : lo que aprendí del dolor
Lo que aprendí del dolor. Un empresario con diagnostico de joven de una enfermedad crónica incurable con dolor muestra su

testimonio de cómo a partir de ella producir cambios positivos y desarrollar la resiliencia. Es un ejemplo de superación y una invitación a ella. Un testimonio real de cómo ha enfrentado su vida superando retos y desafíos a pesar de las dificultades y de cómo a pesar del dolor saber llevar una vida plena y solidaria.
Análisis: lo que aprendí del dolor
El punto de inflexión
Desde el diagnóstico de la espondilitis anquilosante el proceso fue abrazar el dolor y entenderlo.
Desarrollar la paciencia, perseverancia y tolerancia para poder vivir con la dificultad y no a pesar de ella. En lugar de rabia e indignación, dar gracias por lo que la enfermedad puede aportar. Hablarse en positivo con respecto a la enfermedad y el dolor es importante. Es aceptar y admitir el dolor. Resistirse es más doloroso.
la actitud ante el dolor
La fuerza mental es la mejor actitud para luchar contra el dolor. La enfermedad en lugar de ser un mal ha sido un motor de superación. El contacto con el dolor además hace más sensible y empático a las personas que sufren o te rodean.
A los 32 y a través de otro amigo decidí cumplir mi sueño a pesar de la enfermedad y salir de mi zona de confort : dar la vuelta al mundo.
La ilusión en el viaje hace que el dolor pase a un segundo plano, aunque esté ahí. La sonrisa nos acerca a las personas. Fue un momento de conexión con la dolencia y se presta menos atención a los síntomas. Se aprende más durante el viaje, que en la escuela o la universidad.
Un año nuevo, un reto nuevo. Lo que aprendí del dolor
Una excelente forma de combatir la rutina es aportar nuevas cosas a tu vida. Es imposible conseguir un reto en la vida sin la actitud adecuada. La rutina es dañina para una dolencia crónica. De esta forma acepté el consejo médico de nadar al que siempre me había resistido. Fue la semilla de un hábito nuevo y transformador. Tuve la sensación de enfrentarme a mi mismo y a la enfermedad.
Después de 12 de años de dolor, y de solicitar algo para mejorarlo, el médico me propone un tratamiento experimental con inyecciones que mejoraron mi dolor. Empecé a montar en bici, e incluso a patinar, lo que me abrió un mundo nuevo. Hablarse en positivo animarse y empujarse es muy positivo. Si nos ponemos retos con la convicción de que vamos a conseguirlos es fundamental para alcanzarlos. Por el contrario hablarse a sí mismo con la duda, las limitaciones y lo negativo es traicionarse.
Demostrarse a sí mismo que es dueño de su destino y ser capaz de innovar y cambiar. Se trata de tomar pequeños riesgos e insistir hasta conseguirlos .No tener miedo de realizar cosas nuevas sirve de inspiración incluso para los que nos rodean. Cambiar de perspectiva lleva a ver oportunidades donde antes solo veíamos obstáculos. El tratamiento y la actitud ante el dolor me descubren nuevas oportunidades.
Al agua
Cruzar el estrecho de Gibraltar a nado, un sueño que hice realidad. Plantearse nuevos retos dentro y fuera de la piscina me llevó a seguir nadando. Para llegar a conseguir una meta es necesario tener un objetivo. Pienso que enamorarse del proceso es importante para obtener resultados. Ponerse retos es una forma de aprender y crecer personalmente. Tres pasos me han llevado a conseguir mis metas: insistir, arriesgar (salir de la zona de confort ) y actuar (empezar con el primer paso y seguir)
El dolor es una oportunidad de crecimiento personal. Desde la adversidad puedes v ivir de modo pleno y ser útil a tu entorno. Pasión, voluntad, visualización, disciplina, compromiso y compartir son mis máximas. La fuerza de voluntad nos ayuda a encarar la vida y las dificultades para perseguir los sueños. Perseverar no siempre es avanzar, a veces implica calma y paciencia. En las conferencias busco inspirar las ganas de actuar y mejorar. La visualización en positivo, consiguiendo los retos ayuda a alcanzarlos.
Tocar el cielo
Os invito a que busquéis un reto físico, intelectual o emocional y perseguirlo. Además para conseguir los logros es importante creer que somos capaces de ello. Nuestras metas vigorizan nuestra vida. Compartir mis experiencias y reflexiones se convirtió en mi mayor motivación. Descubrí un nuevo camino: ayudar a otros compartiendo mi historia en conferencias de motivación. La actitud tiene un efecto multiplicador que nos llevará a alcanzar el éxito o no. Reinventarse y afrontar riesgo supone vivir la vida con mayor entusiasmo.
Tras conseguir mi reto me surge la necesidad de plantearme una nueva meta. Simultáneamente me detectan un cáncer, una nueva dificultad para afrontar con la actitud adecuada. No es lo que te ocurre, es lo que haces con lo que te ocurre. Mi nuevo desafío iría destinado a obtener una beca para investigación sobre leucemia infantil.
De Mallorca a Menorca, un sueño compartido
De las dificultades de la vida, es necesario encontrar un aprendizajes. Mi objetivo era nadar de Mallorca a Menorca, 40 kilómetros, entre doce y dieciséis horas. Tuve que dejar el tratamiento para el dolor durante cinco meses para gestionar la curación del tumor. Otra dificultad que no me impidió seguir mi nuevo reto. Además esta vez éramos tres personas unidas para emprenderlo juntos. Muchas personas sintieron que el reto era también suyo y lo hicieron más grande.
La visita a niños con este problema en el Hospital Niño Jesús supuso una inyección de motivación. Cada minuto de sacrificio (dejar a un lado vida familiar o cambiar la tranquilidad por estrés) suponía un paso más para llegar a la meta. Las pruebas de amistad y generosidad me ayudaban a enfrentarme al entrenamiento. Los sueños compartidos multiplican las posibilidades de hacerse realidad. Es importante rodearse de personas que nos den palabras de aliento y crean en la capacidad de lograr nuestros sueños, además de nuestra confianza personal.
Conseguimos el objetivo propuesto. Esa noche dormí en paz con la tranquilidad de haber llegado más lejos de lo que nunca había podido imaginar.
El agradecimiento, la clave de la felicidad
Agradecer es una forma de compartir. Si no agradecemos lo que la vida nos da, no podemos disfrutarla. Me he sentido abrumado por la capacidad de las personas de dar sin restricciones. He logrado mis metas desde el dolor, la pasión y la esperanza de llegar lejos y gracias a las personas que me han apoyado.
Otros libros:
Controle el dolor antes de que le controle
Si sabes puedes : afrontar el dolor
Manual del dolor : tratamiento del dolor
Sobre el autor
Jacobo Parages, licenciado en gestión comercial y marketing, empresario, conferenciante, consultor y docente. Profesional del marketing y la comunicación. Trabaja para que las personas crean en las posibilidades de lograr sus sueños y metas. Su pasión son los retos. Lo que aprendí del dolor es un fiel ejemplo de ello.

Psicóloga, Máster en Psicología Clínica.
Docente/divulgadora/psicóloga-terapeuta.
Telef. 636 67 99 12