
Superar el procrastinar
Estrategias para superar procrastinar: retrasar las obligaciones
La procrastinación se define como el hábito de retrasar actividades o situaciones importantes sustituyéndolas por otras irrelevantes o agradables. El 20% de los adultos se ven como procrastinadores crónicos y el 50% de la población estudiantil. Es la distancia entre lo que tenemos intención de hacer y lo que realmente hacemos. ¿Cómo superar el procrastinar?
Podemos no realizar aquellas obligaciones que debemos llevar a cabo o podemos realizar muchas actividades pero no las que tenemos obligación de hacer, a esto se le llama procrastinar. Además de convertirnos en más improductivos, provocan daños emocionales principalmente en nuestra autoestima. Desde tareas laborales que van quedando sin realizar, deseos como ir al gimnasio, quedar con amigos, arreglos caseros, …aplazar los asuntos pendientes es una costumbre muy conocida por todos. Las personas pensamos que el día de mañana será más adecuado para poner en práctica lo planeado.
En la procrastinación se dan tres etapas: incomodidad por aquello que tenemos que realizar, ocupación en otras tareas menos importantes y justificación en la que decimos «mañana será otro día». Sabemos que realmente «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy». Las emociones juegan un papel importante. Las personas más ansiosas lo hacen por evitar algo negativo, las impulsivas se dejan llevar por distracciones y las perfeccionistas por miedo al fracaso.
Todo esto producen en la persona sentimientos de inseguridad, insatisfacción y frustración. Además se termina perdiendo la confianza en sí mismo y el respeto de los demás.Los estudios muestran que la procrastinación está relacionada con una peor salud psicológica, existiendo una conexión con problemas de ansiedad, estrés o depresión y bajo rendimiento académico y laboral.Superar el procrastina no es tarea sencilla, requiere esfuerzo, compromiso y estas sencillas pautas:
Estrategias para dejar de procrastinar:
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Realizar cronogramas y plazos
Dejar especificado las tareas y horarios para cada actividad que queremos realizar. A las 9:00 reunión con … a las 10:00 revisar correos 10:30 llamadas …. Facilita después cumplir con esas responsabilidades que nos hemos propuesto y sentirnos eficaces y productivos. Estos cronogramas también los podemos realizar en las actividades de nuestra vida personal: ordenar un armario, quedar con un familiar, …. Nos ayudará a tener todo realizado y estar al día en los quehaceres laborales y de ocio.
2. Recompensa tu progreso
Pensar premios por las actividades realizadas con éxito durante el día impulsa para llevarlas a cabo con éxito y cumplirlas. Cada día se puede pensar «la pequeña recompensa» que vamos a tener al final de la jornada si resolvemos las tareas con eficacia. Un capítulo del libro que nos gusta, una conversación con un amigo, una película, etc. Y para logros a largo plazo también recompensas adecuadas a ese logro.
3. Organiza las tareas según su importancia y urgencia en cuatro bloques
Nos ayuda a seleccionar las tareas por orden de urgencia e importancia pues todas no son urgentes o muy importantes.
Realizamos cuatro grupos para clasificar las tareas:
a. Importante y urgente: HAZLO YA
b. Importante y no urgente: PLANIFÍCALO
c. Urgente y no importante: DELEGA (Si puedes )
d. No importante y no urgente: MINIMIZA o a la basura.
4. Terminado es mejor que perfecto
Tener una tarea hecha al 100% está muy bien pero otras cuatro sin hacer no lo vemos igual de positivo.Esto aumenta el nivel de estrés. No sucumbir a la «Ley de Parkinson» significa que todo el trabajo se dilata indefinidamente ocupando todo el tiempo disponible para su realización». No ocupar toda la tarde en hacer un trabajo que puede llevar una hora, aunque tengamos toda la tarde.
5. Cambia la perspectiva
Pensar en lo que nos apasiona hacer, como lograr esos objetivos y concentrarnos en ello. Al final nos daremos cuenta que esas tareas que realizamos cuando procastinamos no es la solución a nuestros problemas.
6. Regla de los dos minutos
Si hacer la tarea te lleva menos de dos, cinco o diez minutos hazla ya. Esto te ayuda a eliminar tareas de tu lista y empezar a coger ritmo, aunque no sea prioritaria. Todas las cosas buenas ocurren una vez que las empezamos.Cuando inicies un nuevo hábito éste debe llevar menos de 2 minutos en hacerse.Lo importante no es el resultado sino el proceso. Iniciar es más importante que triunfar.Actuar y dejar que las cosas fluyan.
7. Haz las tareas de una en una y manejables
Hay ocasiones en que no sabemos por donde empezar una tarea que vemos inabordable. Dividirla en objetivos muy pequeños y empezar por el primero. Cuando es más manejable y estructurado es más fácil ponernos en marcha y seguirlas. Superar el procrastinar es posible así.
8. Fijar plazos inaplazables
Es muy común dejar las tareas para el último momento, con lo cual ponernos plazos es importante para que haya una fecha máxima de realización de la actividad y se cumpla si o sí. Imponerse fechas límite y saber que éstas no es posible cambiarlas.
9. Elimina las distracciones

Es más fácil hacer lo que nos proponemos si alejamos de nuestra vista todo aquello que sabemos que nos distrae y perjudica para conseguir nuestros objetivos. Móvil, ordenador, entrar en grupos de whasapp, de juegos, navegar por internet, ir a la nevera,ruidos …Las redes sociales e internet pueden convertirse en potentes distractores que hay que evitar. Para ello también hay herramientas.
10- Gestiona tu energía, no tu tiempo
Organiza el tiempo según los niveles de energía. Tareas más difíciles en los momentos del día que rindes más. Revisar luego si cumplimos los tiempos para esas pequeñas tareas.
11. Supera los obstáculos
Crea una lista con obstáculos que pueden aparecer y posibles soluciones. Preveer las soluciones será más fácil para ahorrar tiempo.
12. Aprende constantemente
Aprendemos más de nuestros errores que de los éxitos. No tener miedo a fallar, aprender todo aquello que esté a nuestro alcance y nos sea de utilidad.
13. Comprométete
No perder el tiempo pensando que las tareas son aburridas o complicadas, simplemente ponerse a hacerlas sabiendo que esto nos beneficiará .
14. Visualiza lo bueno de haberlo hecho
Imaginar de la forma más clara posible la satisfacción de la tarea terminada y la tranquilidad que sentiremos en ese momento. Cúales van a ser las ganancias de lo realizado.
15. Evaluar los prejuicios de la inacción
Analizar los efectos negativos de dejar esa tarea para mañana es el mejor aliciente para ponernos manos a la obra. Cúales son las consecuecias de hacer aquello que no queremos para nosotros.
16. Aprende a decir no
Algunas de las tareas que tienes son compromisos por no aprender a decir no.
17. Las rutinas ayudan
Las tareas repetitivas y aburridas si las conviertes en rutinas, son más fáciles de realizar. Se hacen de forma insconsciente y simplifican nuestra vida.
18. Perdonarse por posponer y ser autocompasivo
No tratarnos mal si posponemos porque incrementamos el estado de ánimo negativo. Aliviamos el sufrimiento de forma eficaz sin descalificarnos y respetándonos.
19. Haz tu mínimo
Cuando empiezo con el mínimo y lo hago nos da satisfacción y luego generará que quiera hacer otro mínimo. Siempre será mejor que no hacer nada.
20. Verbalizaciones positivas
Voy a ser capaz. Lo voy a intentar. Recordar otras veces lo que me he propuesto lo he realizado con éxito.
Para que este artículo sea eficaz, no solo es leerlo, ponlo en práctica con alguna tarea que quieras iniciar en menos de dos minutos. Hazlo ya. Encontrarás la satisfacción del deber cumplido.
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Psicóloga, Máster en Psicología Clínica.
Docente/divulgadora/psicóloga-terapeuta.
Telef. 636 67 99 12