
SOBRECARGA MENTAL: PENSAR DEMASIADO
¿Pensar demasiado? ¿Agotarse de pensar sin llegar a nada práctico? ¿ dejar de dormir por estar pensando en algo ? ¿Bajar productividad por pensar mucho? Un error que cometido, una relación que no va bien, un contratiempo, una tarea que vamos postergando…La sobrecarga mental:pensar demasiado.
Pensar es la capacidad que nos distingue a los seres humanos. Pensar está sobrevalorado y es muy positivo. El problema deriva cuando lo que se hace es pensar demasiado, llenarse de pensamientos negativos e inútiles. La mente se cansa de pensar y llega a bloquearse. Surge agotamiento mental. El pensamiento puede ser obsesivo, aparece y se queda en nosotros sin abandonarnos. Nos saturamos, si nos obligamos a trabajar sobre pensamientos inválidos o inútiles.
El sobrepeso mental supone un desgaste de energía, nos hacen lentos, pues la mente está llena de pensamientos y no puede trabajar de forma fluida. Baja la productividad.
Muchas de las actividades diarias, son tan automáticas que podemos utilizar nuestra mente para pensar mientras las realizamos. Y de hecho nos acostumbramos a hacerlo así. Podemos pensar en el futuro, lo que haremos después, en el trabajo, por la tarde, etc. También podemos pensar en el pasado, qué hicimos ayer, un problema en casa, la conversación con otra persona, etc. Y al final es hiperpensar en nosotros mismos, si nos ocupamos en vez de preocuparnos y ponemos nuestra mente en acción, desaparecen estos pensamientos recurrentes.

Es una práctica, el obsesionarnos con pensamientos, perjudicial y con una importante incidencia actualmente entre la población joven. El 73% de los adultos entre 25-35 años dedican demasiado tiempo a pensamientos obsesivos y el 52% de las personas entre 45-55 años según un estudio de la Universidad de Michigan.
La mayoría de los problemas que evocamos se basan en el miedo, al pensar demasiado creemos que nos estamos protegiendo de algo. La realidad es que nos están impidiendo disfrutar del momento presente la vida. Si empezamos este hábito cada vez será más difícil dejar de pensar. Prestando atención al cerebro en el mismo momento, evitaremos que esto pase.
El pensamiento puede imaginar, puede inventar, al final puede también engañarnos. Además pensando no participamos de la experiencia y ahí es cuando aprendemos.
La mayor parte de estos pensamientos no ocurren de forma consciente, son automáticos. De ahí que al estar fuera de nuestro control consciente, no es fácil el cambio de una forma espontánea. Pensar cuando nos aseamos, desayunamos, vamos al trabajo, en el trabajo,….y ese pensar nos va desgastando. Localizarlos para actuar sobre ellos y pararlos es el camino para quitarlos y estar en el momento presente .Evitar la sobrecarga mental : pensar demasiado.
Tipos de pensamientos que sobrecargan:
-La crítica: la crítica hacia otros o hacia nosotros mismos es perjudicial
- Tomar decisiones: cuando pensamos pero no actuamos.
-La lástima: son pensamientos de impotencia, negativos , victimistas.
-Las suposiciones: suponer lo que puede pensar la otra persona nos desgasta y nos daña.
-Los condicionales: son los «si….», mejor eliminarlos. No nos llevan a ningún lugar productivo, son ineficaces.
¿Cómo saber si realmente estamos pensando demasiado?
Claves para identificarlo:
1. Cantidad de pensamiento: nos comparamos con nosotros mismos en otros momentos de nuestra vida. Podemos a lo mejor ver que tenemos muchos más de lo que es habitual en nosotros.
2. Velocidad de pensamiento. Los ideas circulan de forma rápida y acelerada. El ritmo de las creencias que tenemos es muy rápido.
3. Cualidad del pensamiento:
3.1Utilidad: nos permite hacer alguna acción o es inútil nos da parálisis no aporta beneficio ni nos lleva a la acción.
- Positivo nos hace sentir bien, causan emociones cómodas. Solo sería inadecuado si realmente nos evaden totalmente de la realidad que vivimos
- Negativo sentimos culpabilidad o vergüenza
- Abstracto. Cuanto más abstractos más fácil pensar de más. No vamos a llegar a nada y damos vueltas sin sentido
- Concreto lleva a acciones , conclusiones y luego termina.
- Es la combinación de todas estas claves lo que nos inclina a decidir que pensamos
SÍNTOMAS
Posibles síntomas que pueden aparecer con pensamiento excesivo.
- Agotamiento físico, dificultades para respirar, dolores en articulaciones , acné
Estado de ánimo negativo - Dolor de cabeza y migraña
- Problemas de sueño: para dormir necesitamos estar relajados. Si los pensamientos entran en acción en el momento de dormir el cuerpo se activa también y hacen que sea incompatible con el sueño.
- Estado de ánimo negativo
- Aumento de probabilidad e ansiedad o depresión
- Cambia el apetito: puede disminuir (que no es lo habitual) o aumentar (lo más habitual). El cortisol que se segrega al pensar excesivamente (estudios de la Universidad de Harvard ) incrementa la ansiedad por comer.
- Baja nuestro bienestar y calidad de vida
CONSECUENCIAS
- Angustia
Anticipar y pensar las posibles consecuencias de las acciones nos puede ayudar . El problema es cuando al anticipar pensamientos negativos nos quedamos anclados en ellos sin poder salir. Se forma un bucle de preocupación y además realmente es sobre «supuestos» pues nada de eso que pensamos es real.
- Preocupación excesiva
Valoramos un tema analizándolo para tomar decisiones pero se nos va de las manos y no salimos de las dudas y preocupaciones. La preocupación puede ser por el pasado, por algún hecho del presente o por el futuro. A veces esas mismas preocupaciones no son importantes pero se sitúan en el centro de nuestra atención y se nos repiten de forma constante. Las preocupaciones por el pasado ya no tienen utilidad pues sobre el pasado ya no podemos intervenir. Lo mejor es seguir. ¿Tiene alguna utilidad preocuparse por algo que hemos hecho? lo más práctico es seguir adelante en el presente o en el futuro.
- Baja tolerancia a la incertidumbre.
Tener todo controlado no es posible y de ahí la necesidad de pensar para organizarlo en nuestra mente. Si además sumamos falta de confianza en nosotros, de resolver adecuadamente las situaciones ante esa incertidumbre el pensamiento se hace más angustioso.
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Sobrecarga mental: Pensar demasiado. Parálisis de análisis: Inacción
Cuando nos quedamos parados en el pensamiento sin tomar una decisión o acción perdemos muchas oportunidades de avanzar. Si la acción no tiene fecha límite, entonces podemos pasa a postergar definitivamente para no realizar. Los pensamientos excesivos al final no nos dejan actuar. Incrementan miedos e inseguridades, según aumentamos la dedicación a ellos. Pensar sin pasar a la acción es como dar clases en un aula sin alumnos. Parece que está funcionando pero no es útil y gasta energía. Haz, aprende, vive, siente, charla,gana, pierde, ríe….. vive.
- Inseguridad el miedo a fallar hace que demos muchas vueltas para contemplar todas las posibilidades y no fallar. De pensar y pensar al final lo que inicialmente válido termina suscitando dudas.
- Baja la creatividad
La denominada «rutina mental» nos hace bloquearnos para generar nuevas ideas y crea obstáculos al pensamiento si es excesivo. Los estudios así lo confirman. Además dificulta el desempeño intelectual global.
- Perfeccionismo y autoexigencia
El excesivo perfeccionismo y autoexigencia tampoco ayudan y no son sanos. Nunca es el momento adecuado de decidir o elegir algo, siempre quiero pensarlo mejor y más detenidamente.
- Baja nuestra energía
El pensar demasiado hace que segreguemos cortisol , la hormona del stress lo que provoca a largo plazo fatiga
- No vives en la realidad
Si piensas mucho , estás más tiempo pensando que viviendo en la realidad. Es ya un hábito que tenemos adquirido. La realidad es el aquí y el ahora. No nos deja vivir porque realmente nos hace pasivos.
Deteriora la habilidad de trabajo en equipo, las relaciones sociales, incrementa la insatisfacción crónica
Es una de las principales causas de infelicidad y satisfacción de las personas
Hemos visto que es la sobrecarga mental: pensar demasiado. Por todo ello es importante disponer de algunas ESTRATEGIAS PARA NO PENSAR DEMASIADO

Psicóloga, Máster en Psicología Clínica.
Docente/divulgadora/psicóloga-terapeuta.
Telef. 636 67 99 12